Los parientes, los hermanos, los amigos, las
vecinas me preguntan y no sé cómo contarles.
Me acuerdo de la distancia, de las dudas, de la
fascinación de tus ojos, pero no sé cómo contarles. Me acuerdo del día, de la
hora, del lugar, pero en serio que no sé. Y aunque los días fueron
interminables mientras te esperé, el amor es fuerte como la muerte, y la
pasión, tenaz como el sepulcro.
Me acuerdo de tu pelo crespo, largo y armenio; tu
pelo solo que yo me moría por acompañar. Me acuerdo de tu piel oscura, obrera y
latina; tu piel oscura que yo me moría por iluminar.
Tu compañía me alumbra, tu dedicación me acompaña,
sobran las razones para amarte, y por fin encontré la paz. Si quieren saber, que
nos vean… este acto es la respuesta.
Una ciudad anda muy gris entre tumultos, franja de
bruma le pone pañuelos al horizonte, pájaros veloces vuelan determinados hacia
su jardín original; yo, en sintonía con el cielo, doy gracias por haberte
encontrado, porque has alegrado mi corazón.
Gris, mi vida sin vos. Bruma, mi horizonte sin vos.
Veloces, nosotros, hacia el jardín inagotable. El invierno se ha ido,
terminaron y se fueron las lluvias, flores brotan ya en los campos. El tiempo
de nuestra canción ha llegado, y ya se escucha por toda nuestra tierra el
arrullo de las tórtolas. La higuera ofrece sus primeros frutos, y las viñas en
ciernes esparcen su fragancia, como también la esparcen las mandrágoras. Hay a
nuestras puertas toda clase de frutos exquisitos, lo mismo nuevos que añejos,
que he guardado para vos, amor mío.
Ey… ¿y si ya nos vamos de la fiesta? Acá todos
están bien, mirálos, quién va a decir algo… Y a mí nadie me va a divertir como
vos, y te prometo que soy the best weeding planner, y te prometo que sos mi
mejor fiesta.
Dale, vayamos a los campos, pasemos la noche entre
los azahares. Vayamos temprano a los viñedos para ver si han retoñado las
vides, si sus pimpollos se han abierto, y si ya florecen los granados. Allí te
voy a brindar mis caricias. Yo no sé contar cómo te amo, yo sé que te amo y que
vos lo sentís.
Una alfombra de verdor es nuestro lecho, los cedros
son las vigas de la casa y nos cubre un techo de cipreses, amanezcamos hechos
una cazuela de corazones. Todos los condimentos que tu pasión necesita están
completamente disponibles de por vida en mi propia piel.
Yo tuve amores pero vos, solamente vos, sos mi
amor.
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