domingo, 31 de marzo de 2013

tu resurrección

Y si en una cruz vos te diste a la muerte, en la misma cruz me diste la vida. Y si en el madero tu sangre lavó mi infierno, en la misma cruz recuperaste todas mis plenitudes. ¿Cómo imaginar tu experiencia? ¿Cómo suponer tu dolor y tu determinación?

Mejor, que todos lo entiendan, y lo crean, y obren en consecuencia; aún sin ser así, con tantos en el mundo negándote o insultándote, mi garganta cosecha tu resurrección.

Soy el recuperado, el inmerecidamente renacido, soy una voz en el desierto que se permite la disfonía, las anginas, o el silencio; sin embargo, una voz con memoria, que recuerda siempre que sos el autor de la vida y vencedor de la muerte.


GRACIAS, DIOS. Si no hubieras resucitado, tampoco yo.

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