domingo, 13 de enero de 2013

Qué clara queda mi responsabilidad cuando me alejo de vos…
A mayor distancia, mayor evidencia.
Cuando me voy de vos, la desorientación vuelve y el potencial sufre.
Cuando me desprendo, se apaga la antorcha y la noche es vil.
Jamás sos el responsable de mi desierto, sino de mi jardín.
Nunca sos el autor de mis cepos, sino de mi fertilidad.
Detesto distanciarme de vos, odio enorgullecerme y ansiar las algarrobas de los cerdos, aborrezco oler a vómito.
Pero ni aún en lo remoto me negás ni me pasás por alto, ni aún en la caída tus oídos dejan de escuchar mi silencio que ni siquiera se anima a llamarte.

Sos el restaurador de mi vida, y en este día tu paternidad me vuelve a conmover.