lunes, 15 de julio de 2013

valores

Y sólo algunos valores establecen una vida íntegra, y sólo algunos principios redundan en una vida poderosa; no todos, no cualquiera, no al azar ni del montón, ni siquiera algunos valores que nacen a flor de piel.

Hay algo superior a hacer lo que queremos, lo que sentimos, lo que aterriza desde el instinto o emerge desde la libido, y nada tiene que ver con falta de libertad, represión, o una espontaneidad amaestrada. Porque no todo lo que queremos nos hace bien, no todo lo que sentimos nos conviene, no todo lo que dispara el deseo contribuye a la salud. Lo brutal acecha, lo descarnado noquea, el vampiro engaña, y en lo más real de la vida todos queremos estar siempre mejor, siempre completos, aceptados y queridos, considerados y satisfechos, mancomunados y con solvencia para invitar la próxima vuelta.

En el sedimento de cada corazón habita la necesidad de un abrazo.

A veces, nuestra primera reacción nos lleva sin escalas a una consecuencia áspera, tan triste como innecesaria, tan árida como evitable. La carne nunca es dócil; es bendito el jinete que la doma. No hay salvajismo que quiera entregarse: la lucha nace, la guerra viene, los cimientos fluctúan, el cuerpo a cuerpo se instala sin poesía no cotillón.

Ir más allá del rudimento, admitir que Dios está siempre a favor nuestro -aunque sus instrucciones indignen a la pulsión-, y que no es el sádico célibe que nos vende el anticristo. Mentira publicitada, incitador de guionistas de ficción, mafia de los cambistas, masivo engaño rapaz.

Va de nuevo: sólo algunos valores establecen una vida plena, sólo algunos principios germinan una vida satisfactoria; no todos, no cualquiera, ni siquiera algunas máximas oriundas de la cultura, la religión, los medios y la calle. Porque no todo lo que queremos nos hace bien, no todo lo que sentimos nos enaltece, no todo lo que nos es lícito trae libertad. Ni los estados de ánimo, ni la facturación de la bragueta, ni los derechos que nos arrogamos a expensas de los otros, resultan fundamentos sustentables. La defensa a mansalva de lo relativo atenta contra la sabiduría indeleble, porque Dios no es relativo ni se llama de cualquier nombre.

Arrodillar mi mente ante vos, ofrendarte mi mentalidad y mi aprendizaje, dedicarme entero a tu paternidad sana y perfecta. Yo sé que estás en mi guerra, yo sé que originás mi paz, yo creo que -aún por sobre la furia de la bestia- mi vida real está garantizada, mi libertad es un hecho, mi honestidad y mi arrepentimiento son frutas de tu Paloma.


Quiero seleccionar tus principios para tomar mis decisiones, quiero amar tus valores para no ser la sombra de mí, quiero tu insistencia todo el tiempo para no hacer excepciones. Vos sabés cuánta capacidad tengo para justificar mi inconsistencia.

martes, 18 de junio de 2013

un texto publicado en Facebook

Cada quien es administrador de su derecho a la libertad y la libre expresión.

Algunos textos que personas publican en sus muros de Facebook pueden dar la misma sensación que antiguas viñetas: casas ideales, familias ideales, vínculos ideales, vidas ideales. En días especiales como aniversarios y cumpleaños -ni hablar en días de defunción-, personas parecerían quedar recubiertas por una laca de integridad, un esmalte virginal. Y surgen preguntan: ¿Por qué publicar en una red social -que muchos ven y leen- palabras para afectos que están dentro de la órbita íntima? ¿Por qué decirle algo privado y personal a alguien, de lo que sólo esa persona es destinataria, en una plataforma de lectura masiva? Así como lo que la televisión muestra es una versión de la vida, un recorte de la realidad, así también Face. Tal vez seamos más mediáticos de lo que percibimos, tal vez tanto reality y farandulización nos haya impregnado más de lo que llegamos a discernir.

Mostrarlo todo. Contarlo todo. Desnudarlo todo. Vivir para exhibir.

Cada quien es administrador de su derecho a la libertad y la libre expresión; cada uno siempre tiene chances de negarse a lo playo y remontar vuelo hacia una vida de mayor calidad. Lo íntimo a la intimidad, lo privado a la privacidad, lo secreto a lo secreto, y la invalorable lucidez de comprender que el amor sobrevive a los defectos del ser amado y del ser que ama.

No hace falta idealizar porque el amor es la coraza ante la decepción, el arma ante la mezquindad y la falta de reciprocidad, el sentido que llena la vida y nos dispone un arsenal de recursos para perdonar, arrepentirnos, pedir perdón, dialogar con madurez, abrazar, entendernos mejor y volver a empezar.


Nadie que amemos precisa nuestra idealización, tampoco nosotros precisamos ser idealizados. Los muertos no fueron perfectos, los vivos tampoco lo somos, sin embargo todos fuimos creados merecedores del amor. Y hay hechos inconmensurables que son tales porque son sólo compartidos por aquellos que se quieren tanto.

sábado, 4 de mayo de 2013

hombre de una sola raíz

Declinamos beber el zumo de los hierros, preferimos dejar pasar como jugo al aceite industrial, nos refresca algo más ligero que el residual que arrojan fábricas y motores. Nuestra sed se sacia con agua, imprescindible caudal primordial, transparente e insípido, fresco y liviano, que no destilan las automotrices y que en el río verdadero corre como la lluvia desde el cielo.

El excedente de las turbinas y las hélices no nos refrigera. Tomamos agua para cuidar el cuerpo, la bebemos para vivir a largo plazo, la agradecemos porque no es nuestra ni podemos producirla. El agua querida es enemiga de los deshechos estructurales y no fue creada para faltarle a nadie.

La polución no genera salubridad, el fruto de un árbol sólo corresponde a su raíz. Para ser alguien en la vida hace falta ser exacto.

De una misma corriente sólo sale a borbotones una misma sustancia, un mismo elemento neto que besa la tierra en un fiel romance geológico. Una sola agua de un mismo río, un único fruto de un mismo árbol, soy un hombre de una sola raíz aunque fructifique los opuestos: antorchas y malezas, abrazos y virutas, cobre y resaca, lo precioso y lo vil. Nací de un solo origen, lucho contra el monstruo que miente habitar en mí. Soy hombre de una sola raíz, un gospel desesperado que suena afinado y profundo en el pozo de la noche y destruye los barrotes de la celda, el barro pegado en la visión, las barras que insultan desde las más populares gradas, la canción que barre la mudez, que provoca el grito, que destituye todas las acusaciones venidas del infierno. No me preguntes por qué ni cómo funciona, porque a veces ni siquiera me reconozco dual; pero aunque germiné de una semilla única manifiesto reacciones propias de un mutante. Soy un hombre y no una bestia, soy persona y no un demonio, soy de fiar y no el diablo.

Entremos al bar, pidamos más vinos, choquemos los copones brindando por Dios, porque tengo empatía con él, y jamás me ahuyenta, y me incentiva siempre al esplendor.



El agua nos es indispensable. Dios, aún mucho más.

martes, 23 de abril de 2013

en guerra

El usurpador se hace ciego porque pierde la riqueza de respetar el bien ajeno. El ladrón se hace mula porque subestima su potencial ignorando la grandeza de plantar una semilla. El burlador se piensa ileso, y denigra a su prójimo. Todos los agresores, primero, se atacan a sí mismos.

En la ciudad a oscuras, con tantos egoístas impermeables a la reciprocidad, el tabaco que fuma el asesino miente ser una luz. Nadie que insulte a los que reconstruyen quedará erguido a la hora de la urgencia. País berreta, relato sin héroes, soberbia imposible de camuflar. Ni el burlador, ni el ladrón, ni el usurpador podrán vez alguna amaestrar su miseria. Todos los miserables, primero, se saquean a sí mismos.

Sigamos reconstruyendo aunque no nos crea nadie. Edifiquemos la muralla porque es con entusiasmo el trabajo. Gente por familias, familias como luciérnagas en Uganda, solos que se reencuentran con su autoestima, y todos haciendo guardia en los lugares más desguarnecidos. Pelaje de espadas, caparazón de arcos, cuero de flechas, piel de las lanzas por las que los mercenarios no volverán a pasar. Sigamos en alerta que, esta vez, la guerra es nuestra.

Examinar la situación y no temer, tener presente al Grande y Temible, pelear por los hermanos y los amigos, los hijos y las hijas, las esposas y los hogares, ir al frente por nosotros y degollar la cobardía.

Ni los egoístas, ni los desagradecidos, ni los desmemoriados, ni los traidores están en la línea de fuego. Están en lástima, dan lástima, lastiman con su apatía, pero el enemigo comprueba en sangre propia que Dios frustró sus planes

Y regresamos a la fortaleza, cada uno a su trabajo. Y trabajamos en la obra sin dejar de permanecer armados. Y no descuidamos la edificación ni el contraataque. Llevamos la espada a la cintura y la bendición a la voz. Yahveh pelea por nosotros. Y desde el amanecer hasta las estrellas montamos guardia porque son tremendos los tiempos que corren. Y nos quedamos en Jerusalén para ser centinelas en la noche y obreros en el día.

Que nadie se desvista para nada, que todos permanezcan bien listos para la defensa. No somos frágiles ni estúpidos, extrasensibles ni desertores. Somos hombres de paz cantando la Profecía de Victoria mientras atravesamos estos años de daños.

Con tu integridad cerca, soy un soldado más listo. Con tu integridad hacia el mundo, los santos perderán menos tiempo.

domingo, 21 de abril de 2013

detallista

Ser como el pomelo que preservado o expuesto perdura, se mantiene, vive tal a largo plazo, vive propio a gran alcance. Ser como cítrico que ayuda a recuperar la salud y mantenerla, y a la vez sigue brillante y refrescante, jugoso y vitamínico, como un sol en gajos, como una alegría en pulpa.

La reconstrucción será sutil, la restauración, como un secreto entre amigos. Y gajo a gajo, gota a gota, hora a hora; cuando la destrucción es tan grande el milagro llega a pasos. Entonces, vamos por el detalle, por lo mínimo, por lo que sólo perciben el tejido y la medicina, la fibra y el antibiótico, la sangre y el antídoto. Celebración ínfima pero real cuando es innegable que la muerte ha empezado a retroceder. En la guerra de la vida ningún logro, por diminuto que sea, es menor o secundario. Prioritario, festejar desde el primer ladrillo puesto sobre otro que comienza a edificar la casa, el hogar, la muralla que pondrá límite a los enemigos. Podrán venir de a miles, podrán cabalgar en bestias, sin embargo ninguno -ni el más grande de todos los diablos- pasará esa muralla.

Victoria en lo pequeño, soberanía en lo íntimo, recuperación en el tejido y la fibra, en la sangre y el cimiento, en la mente y en toda la vida nuestra.

Atender hasta lo imperceptible porque aún allí tu Nombre tiene algo que decir y tu intervención sobrenatural nunca es estéril. Siempre conviene habilitarte el todo y las partes, lo general y lo particular, lo obvio y lo inadvertido; vos tenés prosperidades para todos nuestros niveles.

El día ya está, ya ha amanecido la noche. Tus ángeles centinelas andan atentos a la ciudad, aunque no atropellarán la decisión de ningún hombre. Público y secreto, quiero exponerme a vos, no me interesa para nada esconderte ni siquiera una célula de mí. ¿Para qué huir si tus ojos lo ven todo? ¿Para qué buscar en alguien más si sólo vos causás mi salud eterna? Sólo vos garantizás la resucitación.

sábado, 6 de abril de 2013

todo está hirviendo

Es incómodo querer contestar preguntas que no hacés, y tóxico, profesarles fe a intereses que no tenés. Tengo poco que agradecerte si lo que más me diste fue la espalda. Alguien más, una persona, un ser humano más que en esta vida y en este mundo no se hace cargo.

Sea malgastar el agua regando carbón o anteponer el dominio propio a la pulsión son decisiones de identidad. Una distancia, una saudade, un impulso, volver a lo conocido y no recuperar otra cosa más que lo que provocó la fractura. Ninguna vuelta es más preciada que la que nos lleva a algo mejor. Regresemos a lo nuevo, retornemos a donde no estuvimos, volvamos a la salud original.

Es incómodo reconocer que por tanta distorsión fui todos los que puedo ser: el samaritano y el acusador, el amaestrado y el depredador, el hiriente y el herido, el generoso y el mezquino, la caja fuerte y el delator, el apropiador y el mejor amigo. Fui nadie cuando vos pogueabas por todos, fui el ahogado en tu océano de gente. Alguien más, una persona más, un ser humano más que en el mundo no se hace cargo.

Siempre te vi más irte que llegar, retacear entusiasmo que alimentarlo. Plaga de sombras en la tierra de las conversaciones, silencios negros cuando al lado nuestro todos los ríos nos corrían a favor, interacción oscura cuando teníamos la luz a disposición y la semilla del oro nos fue dada a sembrar.

Bueyes rotos, quebrados a la mitad, porque éramos cuatro manos sobre el arado peleando la dirección de cada surco; lo que más sembramos fue una guerra. Yo vi mutilarse nuestra cosecha por ni siquiera llegar a labrarla, arrepentirme tanto me vi. Tengo que sostener la determinación por amor a mi integridad.

Fui el héroe y el villano, el dios y el excremento, el justiciero y el asesino. Fui todos los que puedo ser por la rabia y la indignación, la tristeza y el impacto y la ira de ver tantas veces una espalda y tan pocas un abrazo. Hubo un tiempo en que yo lo creía todo. Nada pasó, de nada me olvidé, todo está hirviendo en la memoria.

No me conviene todo lo que siento. Saco de mí la sed de vengarme y hacer justicia por mano propia. Voy paso a paso, día a día, canción a canción. Estoy seguro de que mañana todo será mejor.

viernes, 5 de abril de 2013

asombrado

Para con nadie tengo tanta voluntad de agradecimiento y celebración como para con vos, para con nadie, para con nadie.

Para con nadie tengo siempre a mano tanta disposición de arrepentimiento, pedido de perdón y reinicio, para con nadie, para con nadie.

Aunque sé que lo sabés, dejáme decirte que siempre me sos oportuno, y que tu presencia, vengas como vengas, me viene siempre bien. Me venís bien cuando sos el Padre, me venís bien cuando sos auxilio, me sos tan bueno cuando sos el proveedor y el docente, el desinfectante y el compositor de mi melodía introspectiva, el organizador de mis salidas y mi patovica invencible.

Me venís tan bien cuando me duele actuar como si no te conociera, así como cuando me invitás un abrazo en el medio de una sensación de fracaso.

Creéme que viajo palabras, indago las maneras, exprimo mi background y sigo sin hallar algo más relevante que GRACIAS. Para con nadie estoy tan seguro de gritar GRACIAS. Porque te merecés esa palabras de principio a fin, todos los días, todas las horas, los minutos todos, cada respiración.

Siempre me tomo atribuciones con vos, yo lo sé y vos sabés que me pone un poco incómodo pero, por favor, seguí estando aunque yo no te espere ni te invite, seguí siéndome fiel aunque hayas tenido que pagar la fianza para sacarme del calabozo, seguí llegando de la manera que quieras. Todas tus maneras, todas tus versiones a mí me vienen perfectas.

Y dame siempre otro abrazo, sobre todo en las noches, cuando la vida se pone mucho más cruel. Si te parece, yo te espero con un vinito y charlamos y brindamos y me contás lo que quieras que siempre es un gusto escucharte. GRACIAS. A vos. Por vos. Por todo. Vos sabés que nadie pero nadie es tan tan importante para mí. No sé bien cómo hacés pero me sigue asombrando tanta dedicación para conmigo y tantas estrellas en el cielo.

miércoles, 3 de abril de 2013

recuperación

La sal en el aire atestigua que por estas fosas circula sensibilidad; gotas del océano agrupadas con las de un resfrío fugaz y lágrimas que quién sabe desde cuánto hace están archivadas. Ni siquiera el agua tiene memoria de las oportunidades desaprovechadas, ni siquiera el lecho podría testificar acerca de esas rebeliones que día a día se convirtieron en una inservible coraza. Es menos que un detalle la altura sobre el nivel del mar, porque el suicida no es tal, dejó de ser, trocó en albatros y ave rapaz, águila de paz pero rapaz para poder prevalecer al buitre y adherirse firme a las escarpadas paredes verticales y evitar con margen el aceitoso horizonte de la adulación. De frente al mar se respira la certificación y el título nobiliario. El viento trae su voz maridada con espuma, enriquecida con la autoridad infinita. Lo que antes era miedo, hoy es una experiencia agradecida: ya no hay peligro, al menos de las mismas cosas.

Ya no hay miedo, al menos de la soledad, porque la autonomía se parece a dar gracias por ser uno mismo.

Las rocas mojadas hablan con el agua un devenir constante, tan continuo como innovador, tan incesante como sorprendente. El aburrimiento no merece respeto; al aburrimiento hay que presentarle batalla sin pompa y con sangre.

Respeto al Creador que sobre cada pequeñez plasmó eternidad, y en cada diminuto imperceptible pronuncia su huella como el oleaje pronuncia el misterio.

En el acantilado, el precipicio puede ser un punto de partida o un punto terminal. No nací para terminar, yo nací para seguir. No fui hecho para echarme al vacío como un occiso irracional, yo fui hecho para comprender los límites y apasionarme por el vuelo en altura. Cobro luz cuando miro hacia adelante; en la fosa no está mi promesa.

De pie ante la oportunidad. Hoy. Ahora. Aquí y ya. Paloma me trajo para escuchar cómo mis decisiones hablan de mí. Paloma, el Hijo y el Hacedor del nombre sin vocales ya saben desde siempre quién soy y para qué. Pero en este mar, en esta agua, en este océano dispuesto ante mí, mis decisiones me dan un abrazo, las águilas zapan el funk, y todo me dice que mis chances han sido renovadas. Nadie se acuerda de lo que hice mal.

Gracias a Dios, recuperé la novedad.

domingo, 31 de marzo de 2013

tu resurrección

Y si en una cruz vos te diste a la muerte, en la misma cruz me diste la vida. Y si en el madero tu sangre lavó mi infierno, en la misma cruz recuperaste todas mis plenitudes. ¿Cómo imaginar tu experiencia? ¿Cómo suponer tu dolor y tu determinación?

Mejor, que todos lo entiendan, y lo crean, y obren en consecuencia; aún sin ser así, con tantos en el mundo negándote o insultándote, mi garganta cosecha tu resurrección.

Soy el recuperado, el inmerecidamente renacido, soy una voz en el desierto que se permite la disfonía, las anginas, o el silencio; sin embargo, una voz con memoria, que recuerda siempre que sos el autor de la vida y vencedor de la muerte.


GRACIAS, DIOS. Si no hubieras resucitado, tampoco yo.

jueves, 14 de marzo de 2013

inexcusable

Sólo los pájaros muertos se quedan inmóviles sobre el fuego, sólo los pies hechos corteza toleran las brasas vivas y los vidrios rotos, sólo yo seguí cuando debí salirme. No me arrepiento de otros, yo me arrepiento de mí.

Sólo los idólatras desprecian al Dios por sobre todo nombre, sólo los fanáticos confían ciegos en la virtud de un fetiche, sólo un espacio a la distancia, a conciencia y en lo alto, trae otro punto de vista, otra apreciación, otra claridad. No se trata de la decadencia del sistema, se trata de que yo no reaccioné. Yo me arrepiento de mí.

Mi desgaste pesa más que mis huesos, mi cansancio mide más que mi estatura, mi indecisión es un calambre, mi contradicción, una trombosis. Cuando pasa como flecha, una serpiente se asemeja a un cordel y una traición a un acto de voluntad propia.

No estás sano si te saliste de vos para completarte en alguien.

No existe una sola acusación a nadie. Yo me arrepiento de mí.

Este corazón tendrá que drenar para recuperar su ritmo, esta mente deberá clamar para recibir su exorcismo, para restituir a cuentas su inocencia original. Aún falta para cuantificar los daños. Quedan arterias, cimientos, sentimientos sin explorar, porcentajes y balances que ya no serán vistos, sin embargo es irreversible que la autoinmolación no sucederá de nuevo.

Yo no acribillo a nadie, no enjuicio a nadie, yo me arrepiento de mí.

Hay que sacarse el azote de encima. Sólo los imbéciles pueden creen que el verdugo lo hace por ingenuidad. El sádico castiga por placer, el mercenario por un precio, el torturador puede ser el vecino más sociable del ayuntamiento.

En aquella comuna, yo trague la angustia en una caseta sobre la ruta. Caminé solo, de madrugada, mientras ningún micro vendría. Sobrepasado, me fui de un lugar ajeno. Me prometí no volver. Me prometí acordarme siempre de lo que es quedar desamparado, inexcusable, empecinado, la peor versión de mí. Nunca tan indignado como arrepentido, nunca tan dolido como consciente.

Nunca tan consciente, nunca tan arrepentido.


Yo me arrepiento de mí.

miércoles, 13 de marzo de 2013

boda bangel g g

Y si bien el matrimonio recién empieza, habría que brindar porque, por fin, después de tanto, el corazón y el alma y las fibras tienen sobre quien descansar. Vengo a descansar, a sacarme de encima las cargas y los agobios, los sinsabores y el frío, las planillas y los vencimientos, la introversión y las incertidumbres, lo que me arrepiento y lo que me frenó, el cansancio de poner el cuerpo. Vengo porque encontré en vos una tranquilidad que no conocí jamás, vengo a quedarme, a pasearme con mucho donaire, y a abrir la puerta para ir a jugar.

Vengo a descubrirte y a redescubrirme. Creo saber quién soy pero tu versión de mí me promete aciertos desconocidos. Que yo te importe, que vos me quieras, que esta noche estemos juntos para prometernos de por vida, me habla de que hay mucho que todavía no sé aunque tenga más experiencia que años.

Vengo a distenderme en vos, ponéle que a soñar, pero mucho más vengo a trabajar para conseguir lo que queramos y destituir lo que no queramos. Vengo porque viniste, y creo saber por qué viniste vos.

Lo siento, lo huelo, lo intuyo, me lo decís con tu silencio y con tu ventarrón, con tus palabras que a veces no me escuchan y con tu ternura limpia de violencia, con tu alba y con tu atardecer. Yo sé porqué vine, y sé porqué viniste vos. No te das idea las ganas que tengo de armar el mate a la mañana y amarte a vos toda la vida.

Vengo a ser tu reposo y tu jardín de humor, tu compañía en la calle y en la carretera, en la vidriera y en el secreto, en el río y en tu hectárea temperamental. Vengo a demostrarte que, ni aún por rutinas o desgastes, estar juntos dejará de ser una buena idea.

La idea de estar acá, con toda esta gente que mira y se sonríe, que piensa: Mirá vos eh… al final se casaron, con esta logística de hacer una boda doble ciudad, toda esta idea es nuestra, nosotros nos metimos en este baile. Y me gusta, me encanta bailar con vos, bailar de a dos, bailarte y que seas mi ritmo cotidiano.

Ah… no te dije: Te traje perfumes, yo te traje Leberwurst, pero yo te traje ansiedad, y yo te traje una mudez hecha añicos, te traje besos, te traje la piel, te traje mi pacto de ser familia.

Y me traje a mí para que esta vida juntos sea mejor que andar solos y dure siempre.

sábado, 9 de marzo de 2013

al acecho

Si una vez el volcán lo arrasó todo, todas las veces puede arrasarlo también. Si una vez te pude dar de baja, todas las veces puedo velarte lo que una respiración y después reiniciarme firme, recuperado, sin miedo a regresar a la pelea. Tiritar es una sensación, mi condición no es el temblor.

Yo vi tu boca llenarse de humo, yo vi tu humo disiparse porque eran de luz tus palabras, yo vi tu luz -roja- encenderse y apagarse como una precaución en la noche, yo vi tu noche desmoronarse como una casa de arena ante el embate del mar.

Ningún océano drena a través de la celda de un panal. Después de traspasar los límites, el equilibrio se vuelve casi innato y va apagándose la sedición contra la autonomía. Estoy hablando de hacer un hueco en la tierra y plantar una semilla nueva, o recuperar la primera que aún sigue siendo perfecta.

En la ciudad todo se quema. Las arterias están escritas con tus variaciones, cinco líneas como calles enardecidas, cómodas para nadie, irresistibles para miles. Allí circulan frenéticos e intuitivos, mansos y desaforados, negados y perceptivos, crípticos y feligreses. En tus punteos circulan todos, todos los que vos quieras, los que te sintonizan, ninguno que te sea ajeno. Blues del rottweiler estremeciendo la madrugada, escalofrío unimembre tan real como el deseo, alineación y balanceo de un motor impronunciable, una mole de hierro más enorme que el desprecio.

Si una vez el volcán lo arrasó todo, todas las veces puede arrasarlo también. Si una vez te pude dar de baja, ya sé que la debilidad es desinformación. Ansiar es una sensación, mi condición no es la del pordiosero. Blues del rottweiler gruñendo su estocada gutural.

Nunca soy yo cuando metés el dedo en la llaga, nunca soy dócil cuando me escupís en sangre, nunca nadie me mata dos veces. Pero la noche avanza, mientras algunos se mueren y otros se matan, unos pulsan a tiempo el stop y a otros no les queda instante para resucitar. Lamiendo el borde, las puntas, las espuelas, la grey ruega por ellos mismos pecadores a esa hora, la hora de su redundante muerte; y un espíritu está allí, blandiendo el mástil, exprimiendo seis cuerdas, pellizcando clavijas, disparando riffs como la artillería del hipnotizador. La serpiente en tus pies cobra una vida que no tiene.

Pude ver el talismán a tiempo, pero tus ojos ya habían impreso el tatoo. Fiera de pelaje rojo, sola en la sabana, chorreando alquitrán. Ángel blanco, polizón del agua bendita, merodeando liturgias para experimentar su imposible transubstanciación. Sosiego ralo, calma rapada, arrasamiento de cualquier confianza. Esta noche la city no tolera no vengarse.


Un hombre al acecho es peor que el asesino.

lunes, 4 de marzo de 2013

en traducción

El más tremendo gesto de buscarte es andar derecho, seguir tus pisadas, estar a cuentas, obedecerte por sobre el tumulto emocional. En el camino de entresacar lo precioso de lo vil, con nada hay que hacer la excepción. Todo pesa, todo suma, todo está puesto en revisión, todo es lo menos que te merecés, pero para obedecerte primero tenés que accionar vos, porque mi desvergüenza se va a las manos contra tu pureza y los demonios saben que soy permeable. Por eso tu manto de piedad tiene que cubrirme siempre, desde antes de la concepción hasta después del después.

Yo estoy de acuerdo en obedecerte, como también asumo que la tensión de la mente me lleva a hacer estragos sin un ápice de reacción. Me sos imprescindible para recapacitar antes de detonar la bomba.

Ordená mis pasos. Vení a ayudarme a boxear contra mi cinismo. Dame cintura, dame tu agua, dame la estrategia del campeón.

Sos mi guía pero sos mi escolta, sos mi amigo pero sos mi guarda, sos el sol que sale sobre justos e injustos y sos esas expensas pagadas tardísimo en una sucursal que abre temprano. Nada de lo bueno es aparte de vos, nada que yo quiera te excluye ni te menosprecia. Sos mi alteza, mi rey, el mecenas de la corte en la que hablo y en la que toco fondo para llegar al abisal corazón personal.

Me sos imprescindible para recapacitar antes de detonarme porque el peligro soy yo, un hombre-bomba sin siquiera una cultura o una mentira como atenuantes.

Por sobre tanto bla bla bla, tu Espíritu traduce lo que no me sale decir.

domingo, 13 de enero de 2013

Qué clara queda mi responsabilidad cuando me alejo de vos…
A mayor distancia, mayor evidencia.
Cuando me voy de vos, la desorientación vuelve y el potencial sufre.
Cuando me desprendo, se apaga la antorcha y la noche es vil.
Jamás sos el responsable de mi desierto, sino de mi jardín.
Nunca sos el autor de mis cepos, sino de mi fertilidad.
Detesto distanciarme de vos, odio enorgullecerme y ansiar las algarrobas de los cerdos, aborrezco oler a vómito.
Pero ni aún en lo remoto me negás ni me pasás por alto, ni aún en la caída tus oídos dejan de escuchar mi silencio que ni siquiera se anima a llamarte.

Sos el restaurador de mi vida, y en este día tu paternidad me vuelve a conmover.