sábado, 6 de abril de 2013

todo está hirviendo

Es incómodo querer contestar preguntas que no hacés, y tóxico, profesarles fe a intereses que no tenés. Tengo poco que agradecerte si lo que más me diste fue la espalda. Alguien más, una persona, un ser humano más que en esta vida y en este mundo no se hace cargo.

Sea malgastar el agua regando carbón o anteponer el dominio propio a la pulsión son decisiones de identidad. Una distancia, una saudade, un impulso, volver a lo conocido y no recuperar otra cosa más que lo que provocó la fractura. Ninguna vuelta es más preciada que la que nos lleva a algo mejor. Regresemos a lo nuevo, retornemos a donde no estuvimos, volvamos a la salud original.

Es incómodo reconocer que por tanta distorsión fui todos los que puedo ser: el samaritano y el acusador, el amaestrado y el depredador, el hiriente y el herido, el generoso y el mezquino, la caja fuerte y el delator, el apropiador y el mejor amigo. Fui nadie cuando vos pogueabas por todos, fui el ahogado en tu océano de gente. Alguien más, una persona más, un ser humano más que en el mundo no se hace cargo.

Siempre te vi más irte que llegar, retacear entusiasmo que alimentarlo. Plaga de sombras en la tierra de las conversaciones, silencios negros cuando al lado nuestro todos los ríos nos corrían a favor, interacción oscura cuando teníamos la luz a disposición y la semilla del oro nos fue dada a sembrar.

Bueyes rotos, quebrados a la mitad, porque éramos cuatro manos sobre el arado peleando la dirección de cada surco; lo que más sembramos fue una guerra. Yo vi mutilarse nuestra cosecha por ni siquiera llegar a labrarla, arrepentirme tanto me vi. Tengo que sostener la determinación por amor a mi integridad.

Fui el héroe y el villano, el dios y el excremento, el justiciero y el asesino. Fui todos los que puedo ser por la rabia y la indignación, la tristeza y el impacto y la ira de ver tantas veces una espalda y tan pocas un abrazo. Hubo un tiempo en que yo lo creía todo. Nada pasó, de nada me olvidé, todo está hirviendo en la memoria.

No me conviene todo lo que siento. Saco de mí la sed de vengarme y hacer justicia por mano propia. Voy paso a paso, día a día, canción a canción. Estoy seguro de que mañana todo será mejor.

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