domingo, 25 de septiembre de 2011

sobrevivir

No quedó nada.

El arrasamiento fue total, no quedaron siquiera los cimientos. Todo es nada.

El humo de un cañonazo dibuja remolinos en el aire rancio de pólvora y extenuación, ni siquiera son un jeroglífico, apenas un esbozo de rúbrica de la devastación. El viento silba en este desierto sepia, en esta desolación amarga donde los vidrios quedaron hechos trizas después de la última detonación. Se cayó todo, se perdió todo, se murió todo.

No quedó piedra sobre piedra, todo terminó hundido en un océano de dinamita y sinrazón. De los que guerreaban ahí, nadie sabía cuál era el motivo, y los que sí sabían estaban lejos, viendo la masacre en HD. Fue espantoso, ensordecedor, brutal, incesante. Las bombas tapaban los gritos, pero más aturdía la imploración de los corazones en duelo. El tiempo se borró, irrumpió un caos de días y noches, por completo carente de tregua. No quedó ni siquiera una tregua.

Cualquier disparate de recuperación estaría adelante, no ayer, atrás no quedó vestigio alguno, y el ahora es una noción sospechosa. Las confianzas y los entusiasmos quedaron acribillados, domina el vacío, la soledad es colosal, no hay dónde echarse a morir.

Se perdió todo, se desintegró todo, se murió todo, incluso el campanario. Los recuerdos están debajo de los esqueletos y los huesos sueltos. La grieta mutila a trescientos sesenta grados.

Explotó todo, estalló todo, hasta los antecedentes. No sé si hay otros sobrevivientes, perdí la noción de la vida. Son plaga los escombros, los hierros retorcidos, los árboles fracturados, los cadáveres. Sucedió. Pasó. Esto no se parece a nada sabido.

No hay ramas… ni hojas… nada verde, nada más.

Yo estoy, y amanezco en el medio de esta noche, y mi sangre registra la resurrección remota del único latido.


Me doy cuenta de que no estoy muerto.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

spiritual


Mis hombros buscan mejores puntos de apoyo, tensiones nuevas para llegar a mayores reposos, la inconformista conducta de crecer. Mis hombros buscan, y yo también.

Sabés que todas mis letras te buscan a vos, y cuando no es así bye…

Me quedo con lo que te nombra, con lo que te honra, con lo único que importa del todo. Si estás en el principio, seguro el final es el que conviene. Extensión de la plegaria, elongación del alma, orgánica distensión. Y si estoy lejos de los bares, y si estoy un poco ausente del rock, también es cierto que estoy más real, más contemporáneo o más eterno, más libre para creer y respirar.


Me pongo del lado de mis hombros, no me acuso ni te omito, tu spiritual camina conmigo.

domingo, 11 de septiembre de 2011

avión


Una yarda, ocho, nueve, yardas de yardas, todas, y a veces lo que me agota más es correr hasta tu mejilla que sobrevive tan sola de recuerdos.

Un beso, ocho, nueve, besos de besos, todos, y a veces lo que me besa es tu memoria leal, tu dedicación incondicional mientras ese avión en el aire atraviesa la noche ajena. Juntos, nunca fue propia la noche; no hubo oscuridad personal si vos estabas por ahí, cerca serena, clara cabal, complaciente nunca.

Viven universos en la planta baja de tu flequillo; como un niño jugando en la placenta materna, mundos laten. Vos latís, me latís, una vez, ocho, nueve, todas las veces, latirme a duelo hasta que el proyectil de oro mate lo que mata.

Y mientras el planeta se renueva y se suicida, se evade y se dictamina, y mientras la humanidad se estrella contra si misma vos seguís habilitando un espacio para mí, con esa piedad desafiante y esa mirada que llama, que invita, que cura…

Nadie tan única, necesaria, tan blues, tan black, tan brown, nadie así como vos.

Ese avión sigue atravesando el aire, la altura, la noche. Nosotros seguimos atravesando el frío, el silencio, la soledad, las tumbas.


Tornar sencillo lo imposible, volver accesible lo remoto, transformar en inevitable lo muerto. Revivir, resucitar, recuperar, restaurar, recomenzar, restituir, calentar el agua y renovar el mate porque todo el sol es nuestro y esta vida recién empieza.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

sólo


El tremendo alivio de saber que con alguien se puede contar
La paz de que estés
La serenidad en medio de todos los ataques
La provisión continua para seguir
La certeza absoluta de tu existencia, tu presencia, tu defensa, tu compañía, tu instrucción
Lo que me conmueve tu aceptación y tu perdón
El vinculo sagrado
La reconciliación conmigo
La fe ciega de que nada es para siempre y todo es para siempre
Pensarte, creerte, meditarte, reconocerte, aplaudirte, admirarte, tributarte
Yo creo lo que vos decís, yo te creo a vos
Que me importes más que nadie, más que nada
Estar sangrientamente seguro de que lo que tu voz dice se cumple, se hace, sucede, me cubre
Creerte todo, y más

Tener plantada esta plegaria que crece, que ruego
Sólo por medio tuyo te puedo amar

Seguí conmigo para que yo siga con vos